Prevenir el acoso laboral es una responsabilidad ineludible para las empresas. Implementar un protocolo de prevención de acoso y un canal de denuncias es obligatorio por ley y, además, contribuye a crear un ambiente de trabajo saludable y productivo. Proteger a los empleados frente al acoso es la base para construir una empresa ética, eficiente y con una sólida reputación en el mercado.
La importancia de la prevención del acoso
El acoso laboral es un problema creciente en los entornos de trabajo. Este fenómeno no sólo afecta al bienestar de las personas trabajadoras, sino que también puede tener consecuencias legales y reputacionales para las empresas. Por ello, la implementación de un protocolo de prevención de acoso es esencial, tanto para proteger a la plantilla, como para garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes.
Tipo de acoso
El acoso laboral puede manifestarse de diversas maneras: desde comentarios despectivos o insultos, hasta situaciones más graves como la exclusión deliberada, el abuso de poder o la discriminación. Estos comportamientos afectan a la víctima, generando estrés, ansiedad y baja productividad, además de deteriorar el clima laboral.
El acoso psicológico o mobbing es el tipo de acoso laboral más común. Este fenómeno se caracteriza por conductas reiteradas de hostigamiento hacia una persona con el objetivo de desestabilizarla emocional o profesionalmente. Se manifiesta a través de acciones como la exclusión social, el desprestigio profesional o la manipulación emocional.
Para que un comportamiento sea considerado mobbing, debe cumplir con ciertas características:
- Persistencia: los actos de acoso deben ser repetidos y persistentes en el tiempo.
- Intencionalidad: el objetivo del acosador es dañar psicológicamente a la víctima.
- Desigualdad: existe un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima.
- Repercusiones en la salud: el acoso provoca efectos negativos en la salud mental y/o física de la víctima.
Otro de los más habituales, es el acoso sexual o por razón de sexo , aunque no siempre se identifica como corresponde y se sigue denunciando poco por el miedo a las posibles consecuencias y porque se tienen asumidos y normalizados determinados comportamientos. Comentarios obscenos sobre el cuerpo o la apariencia física, insinuaciones sexuales, piropos subidos de tono, gestos, miradas o el contacto físico son algunas de las conductas que evidencian la existencia de acoso sexual en el trabajo.
Cómo implementar el protocolo de prevención de acoso
Implementar un protocolo de prevención de acoso es una de las medidas más efectivas que pueden adoptar las empresas para evitar y gestionar estos casos. Este protocolo es un conjunto de directrices que establecen cómo identificar, prevenir y actuar frente a situaciones de acoso laboral. Un buen protocolo debe incluir los siguientes aspectos:
- Definición clara de acoso: es fundamental que la plantilla conozca qué se considera acoso, ya que muchas veces no tienen claro cuándo una conducta puede ser denunciable.
- Vías de comunicación y denuncia: el personal debe contar con canales seguros para denunciar posibles casos de acoso, garantizando la confidencialidad y el seguimiento adecuado (Canal de Denuncias).
- Investigación y resolución de los casos: es importante que la empresa disponga de un procedimiento ágil y eficiente para investigar las denuncias y tomar medidas correctivas si es necesario.
- Formación y sensibilización: capacitar al personal sobre la prevención del acoso y fomentar una cultura de respeto son claves para prevenir este tipo de conductas.
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