El parlamento holandés aprobó el pasado mes de julio un proyecto de ley para establecer el teletrabajo como un derecho legal de los empleados. La legislación necesita el visto bueno del Senado antes de su aprobación definitiva. De conseguirlo, Holanda abanderaría a nivel mundial la regulación del trabajo en remoto.
Con la nueva legislación, los empresarios estarían obligados a valorar todas las solicitudes de teletrabajo que reciban, siempre que la actividad productiva lo permita, y no podrían rechazarlas sin argumentar razones para ello. Este proyecto de ley es una iniciativa de dos partidos políticos: GroenLinks y D66, que persiguen el objetivo de otorgar a los empleados el derecho a elegir dónde trabajar para que puedan seguir beneficiándose de la modalidad de trabajo híbrido y no caer en viejos hábitos, ahora que muchas empresas en todo el mundo están pidiendo a su plantilla que vuelva a las oficinas. Esta medida legislativa es una enmienda a la Ley de Trabajo Flexible de los Países Bajos de 2015, que permitía a los empleados solicitar cambios en el número de horas que trabajan, su horario de trabajo y su lugar de trabajo.
Teletrabajo y conciliación
Ambos partidos aseguran que la crisis del coronavirus ha sido determinante para extender el teletrabajo en muchos sectores, así como una oportunidad para favorecer la conciliación, buscando un equilibrio entre el trabajo y la vida personal: menos tiempo en desplazamientos y el consiguiente ahorro económico en combustible y, como beneficio a nivel global en la sociedad, una reducción de emisiones contaminantes que repercute en la mejora de la calidad del aire. Además, señalan que a esta propuesta podrá acogerse aquellos profesionales cuya actividad permita el trabajo en remoto, desde personas trabajadoras de un call-center y personal administrativo, hasta un policía que tenga que dedicar un día a la burocracia.
Holanda, país pionero en flexibilidad laboral y teletrabajo
El teletrabajo ya era habitual en Holanda antes de la pandemia. En 2018, el 14% de los holandeses empleados trabajaban a distancia, la tasa más alta de la Unión Europea según Eurostat, la agencia de estadísticas de la UE. Ese mismo estudio, situaba a Finlandia (13,3 %) y Luxemburgo (11 %) en segunda y tercera posición. Por su parte, en España solo un 4,3 % de su población activa podía trabajar desde casa en ese momento (esta cifra tras la pandemia y la vuelta a la “normalidad” creció hasta el 14,5 %).
El teletrabajo en la Administración Pública en España
Actualmente, el teletrabajo en la Administración Pública en España no cuenta con una normativa específica plenamente desarrollada, por lo que las medidas aplicadas son consideradas como “un parche” por parte de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF). Puedes leer más información al respecto en este post anterior.
A causa de esta falta de regulación, los tribunales españoles se enfrentan a la resolución de casos en los que se discute el propio derecho al teletrabajo o el procedimiento para reclamarlo. La última sentencia es del 7 de julio en la que la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo refuerza su doctrina sobre la reclamación del trabajo en casa como derecho fundamental, dando la razón a una funcionaria con hijo menor y madre anciana a su cargo. Esta sentencia abre la vía a más reclamaciones de personas trabajadoras públicas en situaciones similares.
Mientras Holanda avanza en la consolidación del teletrabajo como un derecho fundamental de todas las personas trabajadoras, tanto públicos como privados, en España todavía seguimos dirimiendo en los tribunales la legalidad de su aplicación en determinados casos.
COMENTARIOS RECIENTES