Los “riders” están llenando cada vez más las calles de nuestras ciudades: jóvenes de entre 18 y 35 años en bicicleta y con grandes mochilas a su espalda que se dedican a repartir comida y otros objetos a domicilio. Sin embargo, la aparición de estos repartidores ha suscitado polémica debido a la delicada situación laboral en la que se encuentran. En este post de Conversia te contamos los riesgos laborales a los que se exponen los “riders”.
Accidentes y caídas, principales riesgos laborales de los “riders”
A pesar de que el trabajo de repartidor no es una profesión estrictamente moderna surgida a raíz de las nuevas tecnologías, en la actualidad se está produciendo una peculiar situación que sí que responde a los efectos de vivir conectados. Si hasta hace un par de años los repartidores se desplazaban, mayoritariamente, en vehículos de motor como furgonetas, coches o motos, ahora muchos de ellos lo hacen en bicicleta. Trabajan para empresas que no cuentan con flota de vehículos ni trabajadores en plantilla y que se dedican a la distribución de productos de terceros. El cliente hace un encargo a través de una app y la empresa se encarga de poner en contacto al cliente con el repartidor, también llamado “rider”. Este debe ir a buscar el producto al establecimiento indicado y llevárselo al cliente en un tiempo determinado.
Esta nueva modalidad de repartidor conlleva multitud de riesgos laborales que, a pesar de ser claramente identificables, aún no se ha empezado a estudiar en España una línea de prevención para este sector. Uno de los principales riesgos laborales a los que se exponen los “riders” son los accidentes y caídas, que comportan lesiones como traumatismo craneoencefálico o lesiones de diversa consideración en tronco y extremidades.
Otro riesgo al que se exponen los “riders” es la presión a la que están sometidos. El servicio que prestan los trabajadores es evaluado constantemente por los clientes: valoran tanto su actitud como el tiempo que tardan en realizar la entrega o el estado final del producto. Además, estos cobran por número de pedidos y pueden recibir algunas bonificaciones por hacer el trabajo en un tiempo determinado y a determinadas horas. Esta presión puede comportar cuadros de ansiedad, sobresaturación y prisas, hechos que también pueden derivar en accidentes y caídas.
La importancia de la prevención de riesgos laborales
Desde el Instituto Vasco de Riesgos Laborales, Osalan, señalan que la situación de este nuevo perfil de repartidores “es una realidad compleja a la que nos tenemos que adaptar. No es el trabajo básico de un trabajador en una fábrica, entonces eso requiere otro tipo de metodología y de enfoque”. Una vez que tengamos el enfoque, hay que recabar datos y analizar, no es tan fácil como a primera vista pueda parecer”. Por este motivo, desde el Instituto se han puesto en contacto con la Universidad de Valencia para realizar un estudio respecto a los riesgos físicos, pero también psicológicos de trabajar en este tipo de plataformas colectivas. Desde Osalan recuerdan que a pesar de que muchas ordenanzas municipales no obligan a hacer uso del casco mientras se circula por la vía urbana, este se debería convertir en un elemento indispensable en el día a día de estos trabajadores.
Otra entidad preocupada por la prevención de los riesgos laborales de estos repartidores es la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, Asepal. La asociación recuerda que todos los trabajadores que realicen su labor sobre dos ruedas deben llevar, como mínimo, un casco, guantes y chaqueta, con el fin de evitar las lesiones más comunes relacionadas con caídas y otros accidentes en moto o bicicleta.
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