Los bomberos son un colectivo que, debido al tipo de actividad laboral que desarrollan, tienen una alta probabilidad de sufrir un accidente de trabajo. Además, su labor diaria también les comporta una mayor probabilidad respecto al resto de ciudadanos de contraer o desarrollar enfermedades como, por ejemplo, cáncer. La Secretaría de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Madrid ha elaborado una Guía sobre la exposición de los bomberos a sustancias cancerígenas. Te contamos su contenido en este post de Conversia.
La exposición de los bomberos a elementos cancerígenos
En este blog de Conversia ya habíamos hablado de los elementos que necesitan los bomberos para prevenir posibles riesgos laborales durante el desarrollo de su trabajo. Pero los riesgos asociados al trabajo de los bomberos no se acaban una vez realizada una intervención, sino que, durante la extinción de un incendio, estos profesionales están en contacto con miles de partículas que pueden resultar muy peligrosas para su salud a medio y largo plazo. Esta interesante Guía sobre la exposición de las bomberas y bomberos a sustancias cancerígenas elaborada por la Secretaría de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Madrid recopila diferentes estudios científicos que confirman que los bomberos tienen más probabilidades de padecer cáncer que el resto de población debido a su actividad profesional.
Durante un incendio, los bomberos están expuestos a la combustión de productos asfixiantes, irritantes, tóxicos, cancerígenos y mutagénicos. Tradicionalmente, las medidas de seguridad se centraban en que los profesionales no inhalasen cantidades perjudiciales de humos repletos de estas partículas nocivas. Sin embargo, las nuevas investigaciones muestran que estas partículas también se absorben a través de la piel, hecho que incrementa la probabilidad de padecer cáncer.
Numerosos estudios realizados en todo el mundo concluyen que los bomberos tienen más probabilidades de desarrollar diferentes tipos de cáncer que el resto de población, especialmente de testículos (el doble que el resto de población), de piel, de próstata o de colon, entre otros.
¿Qué precauciones pueden tomar los bomberos para evitar el cáncer?
Muchos elementos cancerígenos (líquidos, gases, partículas sólidas…) acaban impregnando las ropas y equipos de trabajo de los bomberos. La normativa de prevención de riesgos laborales indica que los trabajadores expuestos a sustancias cancerígenas deben tomar medidas de prevención y protección para eliminar o reducir al máximo su exposición a este riesgo. Por este motivo, la guía recomienda una serie de medidas y protocolos para disminuir esta exposición y evitar la contaminación con elementos cancerígenos.
La Guía distingue aquellas medidas que pueden tomar antes, durante y después de cada intervención. Antes de una intervención, es decir en el centro de trabajo, se recomienda comprobar que el material y uniforme están limpios y descontaminados, así como generar dinámicas que recuerden como protegerse de los riesgos. Asimismo, también es importante hacer la revisión de los vehículos con el motor apagado y en caso de no ser posible, se deben utilizar extractores de humo o protegerse ante la exposición a los humos de motores diésel, que son cancerígenos. También es importante disponer de un espacio de lavado para descontaminar la ropa y botas utilizados durante las intervenciones.
En el momento de la intervención y post-intervención es de vital importancia equiparse adecuadamente para proteger todas las vías de entrada de sustancias al cuerpo. Asimismo, los vehículos deben dejarse a una distancia prudente y procurar que todas las puertas y ventanas estén cerradas para evitar que entren sustancias tóxicas en el interior. Después de la intervención, es muy recomendable quitarse el traje en el mismo sitio, guardarlo en una bolsa y ponerse ropa limpia antes de subir al camión, para intentar que la piel esté el menor tiempo posible en contacto con el uniforme contaminado. El material contaminado debe ser manipulado con guantes de látex y mascarilla. También se deberán usar guantes o lavarse muy bien las manos cuando se tenga que comer en intervenciones largas. Por último, antes de subir al camión deberían limpiarse las botas para evitar introducir elementos contaminados dentro del vehículo.
A la vuelta al centro de trabajo las labores de limpieza son lo más importante: en caso de haber participado en la extinción de un incendio, ducha prestando atención a las zonas más expuestas (cabeza, cuello y entrepierna). También debe limpiarse todo el material utilizado, siempre usando guantes y mascarilla para manipularlo. La ropa personal que pueda haber sido contaminada (ropa interior, camisetas de debajo del traje, etc.) no debería lavarse nunca en casa, sino en el lugar de trabajo, intentando mover lo menos posible el material contaminado.
Más muertes por cáncer que por accidente de trabajo
Alguna vez hemos publicado en este blog de Conversia noticias relacionadas con las estadísticas de accidentes laborales en España. En este sentido, la publicación sobre la que hablamos reflexiona sobre que la mayoría de víctimas mortales derivadas del trabajo son fruto de enfermedades vinculadas al entorno laboral y no de accidentes producidos durante la jornada de trabajo. La guía estima que en el mundo se producen alrededor de 2,3 millones de muertes al año por razones vinculadas al trabajo: de estas, el 87% corresponden a enfermedades, mientras que el 13% restante concierne a accidentes.
En España, durante 2016, 607 personas perdieron la vida a causa de un accidente laboral. Sin embargo, desde CCOO estiman que el cáncer laboral, del cual no hay datos oficiales, se sitúa en 10.000 muertes al año.
En este sentido, la guía publica un dato sobrecogedor referente a los bomberos y rescatistas que participaron en las tareas de extinción y rescate después de los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York. Según un estudio de la FealFood Foundation, el día de los ataques perdieron la vida 343 bomberos en las tareas de extinción. Sin embargo, desde aquel día hasta el 2014, 345 bomberos que habían participado en las labores de rescate habían muerto por cáncer a causa de aquella exposición. Y no es el único estudio realizado entorno a los atentados del 11S.
El registro sanitario del World Trade Center también decidió hacer un seguimiento de más de 71.000 supervivientes que habían participado en las labores de rescate de los atentados para ver como evolucionaba su estado de salud. En 2014, 2.500 de estos rescatistas habían desarrollado algún tipo de cáncer, de ellos, 863 eran bomberos. Y parece que la cifra sigue en aumento, porque según fuentes de la CNN, en 2016 la cifra de rescatistas afectados por cáncer había ascendido a 4.692.
Descubre más noticias sobre prevención de riesgos laborales en este blog de Conversia.
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