Más allá de las normativas en prevención de riesgos laborales, desde hace unos años surgió en el sector una nueva corriente con el objetivo de reducir los problemas y riesgos en el trabajo, así como mejorar la salud y el bienestar de los empleados. Se trata de la “empresa saludable” y te contamos en qué consiste y qué ventajas y beneficios proporciona a las compañías, en el siguiente post de Conversia.
¿Qué se entiende por empresa saludable?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que una empresa saludable es aquel “lugar donde trabajadores y jefes colaboran en la implantación y la utilización de un proceso de mejora continua para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores, así como preservar la sostenibilidad del lugar de trabajo en el tiempo.
Numerosos estudios realizados en el ámbito de la salud y el trabajo han coincidido en que muchos de los problemas de salud comunes que afectan a los trabajadores podrían haberse evitado si se hubieran tomado una serie de medidas preventivas. Estos problemas de salud (tales como enfermedades respiratorias relacionadas con el tabaquismo, diabetes, algunos tipos de cánceres, enfermedades cardiovasculares u obesidad, entre otros) pueden tener un gran impacto tanto en la salud de los trabajadores como en la estructura de la empresa, ya que pueden causar incapacidades temporales y/o absentismo y esto repercute en la compañía, que puede tener pérdidas económicas o ver reducido el rendimiento de los empleados.
Por este motivo, muchas empresas han decidido transformarse e incorporar en su organización estrategias y planes para fomentar los hábitos de vida saludables, tanto dentro del puesto de trabajo como fuera de él, a través de modelos de gestión basados en el concepto de empresa saludable.
Beneficios de la empresa saludable
El concepto de empresa saludable conlleva que las compañías cambien el “chip”: las estrategias y planes que se implementan no deben concebirse como un problema o como un gasto adicional, sino como una medida para cuidar a uno de los activos más importantes de la empresa: los trabajadores. Muchas teorías apuntan que el bienestar del capital humano acaba siendo proporcional al rendimiento y a la productividad. Por lo tanto, no es un gasto, sino una inversión que repercute de muchas formas y aporta numerosos beneficios a la compañía como, por ejemplo, los siguientes:
- Disminución del absentismo y de las ausencias provocadas por incapacidad temporal y, por consiguiente, reducción de sus costes directos e indirectos.
- Reducción de la siniestralidad laboral y de las enfermedades profesionales.
- Mejora en el clima laboral entre los trabajadores, hecho que fomenta su compromiso, rendimiento, participación, motivación, implicación y productividad.
- Fortalece la reputación de la compañía ya que estas acciones muestran compromiso social. Esta reputación puede tener sus efectos tanto en los clientes y consumidores, como en accionistas, así como también puede servir para atraer a los mejores profesionales para incorporarlos a la plantilla.
- Aumento de la productividad a causa de que los empleados se encuentran bien y se sienten más comprometidos con la empresa.
- Reducción del estrés.
¿Qué acciones pueden fomentar la reducción de los problemas y riesgos laborales?
Ya hemos visto todos los beneficios que puede producir la implementación de medidas con filosofía de empresa saludable. Pero ¿qué acciones puede tomar una compañía para convertirse en empresa saludable? A continuación, se citan algunos ejemplos:
- Fomentar hábitos saludables entre los trabajadores como, por ejemplo, el consumo de fruta fresca en la oficina. Para ello se puede lanzar campañas de motivación para que los empleados lleven piezas de fruta para picar, ofrecer descuentos en mercados, disponer de piezas de fruta en las máquinas expendedoras o proporcionar de forma gratuita o a un precio muy reducido fruta en la zona de comedores.
- Informar sobre las posturas correctas en el puesto de trabajo, tanto con formación teórica como práctica. En este sentido se podrían realizar cursos o talleres de ejercicios y estiramientos adaptados a cada puesto de trabajo.
- Prestar un servicio de fisioterapia en la oficina, de forma gratuita o a un precio reducido.
- Organizar talleres y cursos para que los empleados aprendan a gestionar el estrés, a mejorar la motivación, etc.
- Disponer de zonas de relax para los momentos de descanso de los trabajadores.
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