Toda empresa debe desarrollar los procedimientos necesarios para asegurar un sistema eficaz para la prevención de accidentes laborales.

De acuerdo con la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), toda empresa debe desarrollar los procedimientos necesarios para conformar un sistema de gestión de la prevención orientado a la eficacia, para velar por la adecuada seguridad de sus trabajadores. La citada Ley aporta las correspondientes directrices que deben ser asumidas obligatoriamente.

Carpetas con etiquetas, entre ellas Riesgos de PRL

Los elementos fundamentales para la gestión de un sistema preventivo eficaz son los siguientes:

  1. Identificación y evaluación de riesgos. Se identificarán y evaluarán aquellos riesgos que no hayan podido ser eliminados. La acción preventiva de la empresa se planificará a partir de la evaluación inicial de riesgos.
  2. Política. Se deben establecer las directrices y objetivos generales para la prevención de riesgos laborales tal y como se expresan formalmente por la dirección. Estos son:
    1. Mejora continua. A través de una acción permanente, con el fin de perfeccionar los niveles de protección existentes.
    2. Integración de la actividad preventiva, en el conjunto de sus actividades y decisiones.
  3. Organización. La empresa deberá establecer su modelo organizativo del sistema preventivo de acuerdo con lo recogido en la LPRL.
  4. Planificación preventiva. La planificación preventiva para el control de los riesgos se establecerá a partir de la evaluación inicial. La planificación deberá englobar 5 puntos básicos:
    1. Medidas/ actividades para eliminar y reducir riesgos.
    2. Información, formación y participación de los trabajadores.
    3. Actividades para el control de riesgos.
    4. Actuaciones frente a cambios previsibles.
    5. Actuaciones frente a sucesos previsibles.
  1. Ejecución y coordinación. Disponer de procedimientos documentados para el desarrollo de las actividades preventivas facilitará la implantación de tales medidas y la formación y aprendizaje de las personas implicadas.
  2. Auditoría. Debe permitir examinar de forma sistemática, documentada y objetiva todos los componentes del sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, comprobando su adecuada implantación.

Por tanto, la evidencia objetiva de la existencia de un sistema de prevención es un requisito necesario. Además, es necesario demostrar su existencia mediante el manual, los procedimientos, especificaciones, instrucciones, registros y todo un conjunto de documentos que facilitan su correcto funcionamiento.