Esta será la segunda entrevista del mes de la mujer. Hablamos con Oihane de Lasa, de la oficina de Bizkaia. Oihane lleva 11 años trabajando en Conversia y es un pilar fundamental en la vertical de Administradores de Fincas, referente para tod@s sus compañeros y compañeras, siendo elegida durante años consecutivos como una «embajadora del buen rollo y/o buena vibra». No os perdáis su visión sobre el feminismo y la igualdad. ¡Muy interesante!

De tu entorno, ¿qué mujer es un referente para ti?

No tengo ningún referente como tal en mi entorno. He tenido la gran suerte de crecer y educarme en un ambiente feminista, tanto en mi familia, como en mi círculo de amigas y amigos. El feminismo en mi vida ha sido algo que se daba por sí sólo. No entiendo la vida de otra manera.  Puedo decir que el feminismo es mi normalidad. Por eso, el choque es brutal, cuando salgo a la sociedad, y soy consciente de que mi burbuja es eso, una pequeñísima burbuja, que no refleja, ni de lejos, la cruda realidad.

Aunque no tengo un referente en sí mismo, admiro a las mujeres de mi familia, a mi madre y a mis tías, sobre todo porque nacieron en una sociedad en la que no era tan fácil ser feminista y revelarse contra las desigualdades de género. Y, aun así, lo hicieron. Supieron transmitir eso a sus parejas (mi padre y mis tíos) e hicieron que ellos también entendiesen la vida de esa forma y nos educasen a mis hermanos, a mis primos y a mí, en esa línea. Mil gracias a mi familia porque han construido mujeres y, lo que es más complicado, hombres feministas.

Todo esto no quiere decir que no haya habido machismo en algunos momentos y algunas situaciones y, sobre todo, micromachismos que todos/as, en mayor o menor grado, tenemos integrados dentro de nosotros/as mismos/as. Ese es un reto que cuesta superar, pero que, tomando conciencia de ello, podremos conseguirlo.

¿Qué es para ti el feminismo? ¿Crees que es necesario?

El feminismo tiene un significado objetivo: IGUALDAD. El feminismo no busca la discriminación del hombre, sino la igualdad entre hombres y mujeres, en todos los ámbitos. A partir de ahí, para cada persona puede significar muchas y diferentes cosas más, pero la igualdad es el denominador común de todas ellas. Ninguna persona, sea cual sea su género, está por encima de ninguna otra. Hay una creencia errónea de que el machismo y el feminismo son los dos las dos caras de una misma moneda y creo que es sumamente importante que la sociedad entienda que no es así.

Para mí, a día de hoy, como dijo Simone de Beauvoir “el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”. Ojalá algún día, no muy lejano, podamos quedarnos solamente, con la primera parte de la frase, porque la segunda ya no sea necesaria. Por el momento, desgraciadamente, estamos a años luz de eso.

Sobre si es necesario, no concibo otra opción. Creo que no es cuestionable. “Si no eres feminista, eres machista”, porque, si no crees en la igualdad, ¿en qué crees? En nuestra sociedad falta mucho por hacer, pero hay realidades todavía más complicadas que la nuestra. Hay muchísimas mujeres que viven desigualdades terribles: mujeres trans, mujeres migrantes, mujeres negras, entre otras, que, por su condición, además de ser mujer, lo tienen muchísimo más complicado. Y mujeres que viven verdaderas atrocidades con el respaldo de la tradición cultural, lo que se denomina como violencia cultural hacia la mujer: bodas concertadas de niñas menores, pies vendados de las niñas chinas, planchado de pechos en Camerún, lapidación por infidelidad, ablación del clítoris, etc.

Podría seguir relatando situaciones de desigualdad, diferentes tipos de violencia de género y un largo etcétera que resultaría interminable.

¿Cuáles crees que son las medidas que quedan por adoptar para llegar a la igualdad?

Creo que la medida más potente que tenemos para llegar a la igualdad es la educación. Desde ahí, pueden cambiarse las cosas desde la base. Educar en valores de igualdad. Creo que l@s que tenemos hijos pequeños o adolescentes, tenemos una gran responsabilidad en este sentido. Los/as que tenemos chicos, bajo mi punto de vista, tenemos una responsabilidad mayor, porque tenemos   que “construir” hombres feministas, totalmente comprometidos, capaces de enfrentarse a la cantidad de desigualdades sociales que se van a encontrar en pro de ellos y en contra de las mujeres. Los/as que tienen chicas, creo que tienen que “construir” mujeres feministas (porque las mujeres no nacen, se hacen), fuertes, libres, capaces de confiar en sus talentos, en su responsabilidad sobre su propia vida. En definitiva, mujeres empoderadas, que no deben tolerar ningún comportamiento hacia ellas que no sea de respeto. Por supuesto, los chicos tampoco tienen que tolerar hacia ellos, comportamientos que no sean de respeto, por parte de ninguna mujer. Pero, cuando hablamos a nivel social, este fenómeno, se da, muy mayoritariamente, de hombres hacia mujeres y muchas menos veces, a la inversa.

Ambos, hombres y mujeres, deberían rechazar el patriarcado, que es un sistema de dominio institucionalizado que mantiene la subordinación e invisibilización de las mujeres, y todo lo que es considerado como “femenino”, creando así una situación de desigualdad estructural basada en la pertenencia a determinado “sexo biológico”.

Lo ideal es que la educación se dé desde la infancia, pero nunca es tarde para    reeducarse. Muchísimas personas, a las que no les han educado en el feminismo, lo han adquirido con el tiempo y con la experiencia de la vida.

En definitiva, “no habrá movimiento feminista de masas mientras las ideas feministas sean entendidas sólo por unos pocos bien educados” (Bell Hooks).

En tu puesto de trabajo, ¿has sentido alguna vez algún tipo de desigualdad por ser mujer?

Vuelvo a sentirme afortunada, porque no he sentido nunca, ningún tipo de desigualdad por ser mujer en mi puesto de trabajo. He tenido las mismas oportunidades que los hombres con los que he trabajado. Vuelvo a darme cuenta de que vivo en mi pequeña burbuja que nada tiene que ver con la realidad de la mayoría de las mujeres. Muchas mujeres que conozco han sentido la desigualdad en sus carnes, de diferentes formas.

Cada vez hay más mujeres en puestos de responsabilidad en las empresas, pero falta mucho para que se equipare al número de hombres que ocupan estos puestos.

Por otro lado, la brecha de género en el empleo sigue siendo un lastre en nuestra sociedad. Y esa brecha frena el avance de la mujer a nivel laboral. Como ejemplo, hay muy pocos hombres que reduzcan su jornada laboral o pidan una excedencia para el cuidado de sus hij@s. Aunque, en positivo, puedo decir que hemos conseguido que el permiso por paternidad se equipare al permiso por maternidad y ambos progenitores puedan dedicarlo al cuidado de sus hij@s, no sólo la madre.

Y como no, el aspecto económico, que sigue siendo un gran diferenciado entre ambos sexos.

¿Cuál sería tu mensaje para las mujeres jóvenes que están empezando?

Me apena ver que, entre los/las más jóvenes, se están dando pasos atrás. Creo que, a nivel social y político y, sobre todo en redes sociales, se están lanzando mensajes que generan mucho desconcierto entre la población más joven. Mensajes que deslucen y desvirtúan el feminismo y que hace que muchos/as de ellos se sitúen justo en un extremo, el del machismo.

Creo que es algo que no podemos permitir. Las mujeres jóvenes tienen que tomar el relevo sí o sí. Ha habido muchas mujeres que han luchado toda su vida para ir consiguiendo pequeños pero grandes logros y no podemos permitir que su esfuerzo caiga en saco roto. Aunque hay muchas, y espero que sea la mayoría, que sí tienen ese espíritu luchador y que van a seguir consiguiendo logros.

Que integren a los hombres en la lucha feminista, que ellos formen parte de ella, que no sean meros espectadores. Que vayan de la mano, porque juntos, somos más fuertes. Es una pelea de tod@s.

Que no permitan que nadie se adueñe de sus vidas, que nadie les diga lo que tienen o no tienen que hacer. ¡Ellas, y solamente ellas, son dueñas de sí mismas! ¡Que nunca lo olviden! ¡Ellas son nuestro futuro!