Al igual que hicimos el pasado año, dedicaremos todo el mes de marzo a las mujeres de Conversia. Dentro de las iniciativas, crearemos un espacio de entrevistas para conocer en profundidad a alguna de ellas.

Empezamos esta ronda de cuestionarios con una figura emblemática dentro de nuestra empresa: una mujer cuyo conocimiento sobre la compañía es indiscutible. Se trata de Alicia Aragón, nuestra trainer, que ha sido una fuerza motriz dentro de Conversia durante los últimos 13 años, pasando por diferentes departamentos de la compañía y adquiriendo un conocimiento profundo de la organización en su totalidad. Su dedicación y determinación la han convertido en toda una experta en Conversia.

De tu entorno, ¿qué mujer es un referente para ti?

¡La verdad es que no sabría escoger porque soy afortunada y estoy rodeada de mujeres fuertes, valientes, guerreras y libres! Eso me lo pone difícil a la hora de escoger sólo a una. Me atreveré a decir que admiro a todas las mujeres anónimas que, con su ejemplo, mejoran el día a día. De mi entorno más personal sí que voy a decir nombres completos: Carmen García Pacheco, mi abuela materna, quien, viviendo en un mundo desigual y machista totalmente, aportó más que un grano de arena, siendo pionera en una profesión ocupada totalmente por hombres. ¡Ella era “blaqueaora”! Es decir, pintora de fachadas. Le gustaban las artes escénicas y la poesía. Hoy en día estoy segura de que sería trending topic con algún hashtag como #mujerblaqueadora. Quiero decir que en el pueblo en el que crecí le hicieron un homenaje por trabajadora en ese entorno. ¡Maravillosa mi abuela! Además, no puedo pasar por alto a mi madre, rebelde, contestataria y todo lo contrario al conformismo. Ha sido mi inspiración para ser una mujer libre, ya que me educó repitiéndome una frase como si fuera un mantra “que nadie te diga que no puedes”.

¿Qué es para ti el feminismo? ¿Crees que es necesario?

Pues me gustaría aportar algo más que la definición oficial porque creo que es algo profundo y más complejo. Para mí, es el empoderamiento sobre el propio cuerpo y sobre los pensamientos (poniendo en duda, muchas veces, las propias convicciones viciadas de años de desigualdad) y tomar conciencia de la propia libertad del ser. Lo vivo como algo natural y lógico.  Con respecto a si es necesario, daré un rotundo sí. Claro que es necesario. En este mundo hay muchas mujeres que no tienen voz y mucho menos voto, por lo que es necesario seguir adelante con lo que cada una pueda aportar, desde la educación de los hijos y de las hijas, hasta el feminismo más activo y radical, tan necesario en la lucha de derechos. No nos podemos olvidar que queda muchísimo camino.

Alicia lleva 13 años trabajando en Conversia

¿Cuáles crees que son las medidas que quedan por adoptar para llegar a la igualdad?

Buf, ¿por dónde empiezo? Soy consciente de que se ha conseguido mucho, pero algo que debería ser una realidad sigue estando muy, muy lejos todavía. Así, en primera instancia, y desde una visión más del entorno profesional, aún falta lograr una representación equitativa de mujeres en posiciones de poder y liderazgo, pero eso tal vez lo tengamos más asimilado. Tal vez no tengamos tan presente que no se ha erradicado el matrimonio infantil y que existe la mutilación sexual. Este fracaso impacta en los derechos de niñas que, cuando sean adultas, no estarán preparadas y los riesgos de padecer abusos y maltratos son muy altos. Por no hablar de que siguen muriendo mujeres a manos de sus parejas, que se sigue juzgando a las mujeres y niñas que son violadas y un largo etc. Creo que sí falta mucho camino.

En tu puesto de trabajo (rol), ¿has sentido alguna vez algún tipo de desigualdad por ser mujer?

Creo que todas las mujeres hemos sentido desigualdad en algún momento de nuestras vidas. En mi caso, y a lo largo de mi trayectoria profesional (que ya tengo una edad), he vivido distintas experiencias. He vivido desde un despido por estar embarazada hasta acoso sexual. Sin embargo, la situación más recurrente ha sido la desigualdad en el esfuerzo para conseguir un objetivo, porque el punto de partida no ha sido el mismo. Por poner un ejemplo, recuerdo en una empresa en la que, a las mujeres comerciales, nos obligaban a ir con traje chaqueta de falda y con zapato cerrado ¡de tacón!, por lo que la “carrera” era más costosa para nosotras. Creo que, a veces, nos olvidamos de que, por mucho que hayamos avanzado, seguimos siendo nosotras las que llevamos la carga mental en casi todas las situaciones. Para que sea una carrera justa y poder llegar a la meta, deberíamos partir desde el mismo punto y tener el mismo número de obstáculos ¿verdad?.

A día de hoy, aquí estoy valorando los esfuerzos y aplaudiendo los logros en una empresa repleta de mujeres empoderadas, que apuestan por conseguir un entorno justo e igualitario y me siento, de nuevo, afortunada.

¿Cuál sería tu mensaje para las mujeres jóvenes que están empezando?

Que ser libre y tener consciencia de ello es maravilloso y que para conseguirlo todas debemos avanzar porque, como dijo Fannie Lou Hamen: “Nadie es libre hasta que todas y todos seamos libres”