Siguiendo con las iniciativas del Día de la Mujer, entrevistamos a nuestra compañera Alexandra Andrés, consultora sénior de Conversia desde 2016. Está especializada en políticas de igualdad de género, por lo que hemos querido saber cuál es su visión sobre el feminismo.

De tu entorno, ¿qué mujer es un referente para ti?

Te diría con los ojos cerrados que mi madre. Ella fue educada en la creencia de que su “misión en la vida” era casarse, tener hij@s y dejar sus aspiraciones profesionales para ocuparse de las tareas de casa y de las niñas. Y así lo hizo, pero con sus reglas. Se rebeló y decidió hacer las cosas a su manera. Y esa forma de ver la vida nos la ha inculcado a mi hermana y a mí. No hacer lo que los demás esperan de ti, sino lo que tu crees que has de hacer.

¿Qué es para ti el feminismo? ¿Crees que es necesario?

Más allá de la definición “oficial”, para mí el feminismo es luchar por conseguir la igualdad en todos los aspectos de la sociedad. Ser feminista no significa que pensemos que las mujeres merecemos derechos especiales; significa que sabemos que merecemos los mismos derechos que históricamente han tenido los hombres. Defender la igualdad no implica menospreciar o castigar a los hombres. Desde mi punto de vista el feminismo no habla de superioridad ni discrimina al otro género, simplemente busca combatir algunas desigualdades que aún sufrimos las mujeres por el mero hecho de serlo. No se lucha por ser “más”, se lucha por ser igual. Hay una frase que representa muy bien mi manera de entender el feminismo “No hace falta ser antihombre, para ser promujer (Jane Galvin Lewis)”

En este contexto, no todos los hombres son machistas, pero lo es el sistema y es difícil escapar de él. Ellos también sufren suposiciones y expectativas basadas en su género y ello les condiciona a vivir y a actuar de cierta manera, pero no es comparable. Pero, en definitiva, para defender los derechos de las mujeres no hay por qué ir en contra de los hombres, sino pedirles ayuda para construir una sociedad sin desigualdades. ¿Y hasta cuándo será necesario? Mientras haya desigualdades entre hombres y mujeres.

¿Cuáles crees que son las medidas que quedan por adoptar para llegar a la igualdad?

La lista es larga, aunque creo que es primordial educar en la corresponsabilidad. Para que la corresponsabilidad de tareas sea una realidad, es imprescindible la colaboración de distintos agentes de la sociedad:

  • La familia: el cambio empieza por uno mismo, y por eso los roles que desempeñemos en casa son esenciales.
  • La escuela: siendo tan importante el papel de la escuela en el proceso de socialización de los niños y niñas para que reciban una educación basada en la igualdad y el respeto.
  • Las empresas: facilitando la conciliación familiar-laboral.
  • Los medios de comunicación: desterrando los estereotipos de género tan recurrentes que siguen reproduciendo la idea de que las mujeres deben encargarse del ámbito doméstico y utilizando su fuerte papel socializador para ejemplificar la corresponsabilidad y la igualdad en sus productos mediáticos.
  • Políticos/as: llevando a cabo leyes persigan el objetivo de conseguir una corresponsabilidad real y una igualdad de género en todos los ámbitos.
  • La ciudadanía: nuestro papel como personas que conviven en sociedad requiere librarnos de los estereotipos de género que tenemos interiorizados, “deseducarnos” e intentar con nuestras acciones luchar por conseguir la igualdad. Cada pequeña acción cuenta para avanzar.

Queda un largo recorrido, aunque vamos por el buen camino.

En tu puesto de trabajo (rol), ¿has sentido alguna vez algún tipo de desigualdad por ser mujer?

Te diría que la mayoría de las mujeres, en algún momento de nuestra vida laboral, hemos sentido que nos trataban de manera condescendiente, que nos hacían algún comentario fuera de lugar o que no tenían en cuenta alguna propuesta o aportación. Lo importante es no normalizarlo y ser capaces de detectar si hay comportamientos inapropiados.

¿Cuál sería tu mensaje para las mujeres jóvenes que están empezando?

Que no se autoimpongan barreras de género a la hora de plantearse una opción profesional. Ah! Y muy importante: que aprendan a quererse y a respetarse a ellas mismas. Es entonces cuando encontrarán la mejor versión de sí mismas